martes, 11 de marzo de 2014

Néstor es un pequeño castor, que vive en el Lago Ontario, en Canadá. Se dedica todo el tiempo a coger ramas de abedul para hacer su casita, en ella se pasa todo el día.
La casa de un castor tiene forma de presa y aprovecha el cauce del rio para establecer su vivienda, pero contra mas grande, más peligro de derrumbarse tiene y sobre todo cuando el margen del rio cambia de recorrido.
Néstor se apresura antes de que llegue el invierno a finalizar su casa y no dispone de tiempo para jugar con sus amiguitos. Astor y Héctor, ellos se pasan todo el día jugando, saltando y pasándoselo fenomenal. Al atardecer se marchan a buscar a Néstor para contarle todas sus aventuras y juegos que han hecho durante el día. Se ríen de el por no ir a explorar el Lago con ellos y sobre todo por estar todo el día construyendo el refugio.
Pasaron los días y el verano llegaba a su fin y Néstor tenía su casita terminada. Se dedico los últimos días calurosos a recoger todo tipo de alimentos (ramitas, cortezas y alguna que otra fruta del bosque). Con la llegada del frio, Astor y Héctor no salían de sus casas, pero de pronto, empezó una noche a llover y llover con tanta fuerza, que el rio se desbordo llevándose a su paso con gran fuerza las casas de los amigos de Néstor.
Estaban mal construidas por no haber dedicado todo el tiempo necesario. Astor y Héctor no sabían qué hacer y solamente podían llorar de tristeza, sin saber qué hacer.
‐ ¿Qué vamos a hacer ahora?
‐ ¿Qué va a ser de nosotros?
‐ ¿Dónde vamos a vivir?
Sus llantos y lamentos recordaban las palabras de Néstor. –Me gustaría jugar con vosotros pero debo terminar mi casita.
‐ Por qué no le haríamos caso a Néstor –Decía Astor.
Era una noche fría y húmeda, tenían hambre y deambulaban de un lado para otro buscando un lugar seco donde pasar la noche.
‐¿Podríamos ir a casa de Néstor? – dijo Héctor
‐ Buena idea, pero te recuerdo Héctor que nos reímos de Néstor por quedarse en casa – Dijo Astor.
Llegaron a la casa de Néstor, llamaron…
Néstor abrió la puerta – Hola chicos, ¿Qué hacéis a estas horas todavía por el rio con la que está cayendo?
-Nuestras casas se derrumbaron y no tenemos donde pasar la noche.‐ Dijo Astor.
Néstor con una sonrisa picarona, les dejo entrar en su casa, dándoles ropa seca y preparando una suculenta cena. Esa misma noche disfrutaron los tres juntos como hacía tiempo que no jugaban, reían todos juntos.
Al día siguiente empezaron a arreglar las casitas de Astor y Héctor.
Lo que nunca olvidaran y sacaron los dos en claro es que sin esfuerzo, tesón, sacrificio, trabajo no se consiguen las cosas. Y por encima de todo supieron lo que es realmente la Amistad. Decidieron pasar todo el Invierno juntos, para cuando llegara la primavera construir las nuevas casitas.
Fin
                                               Nestor ,el castor

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